Desayunamos en un Starbucks, echamos gasolina y nos adentramos en el valle. Hicimos unas cuantas fotos en varios puntos, hasta pudimos fotografiar una mini tormenta de arena.
Tres horas y media después, salimos de Death Valley. Paramos a comer en Bakersfield y seguimos otras dos horas y media hasta Fresno. Compramos unas cuantas medicinas y ya no paramos hasta llegar a nuestro hotel, al que llegamos a eso de las 22:00.
En resumen, pasamos del desierto a la montaña, del calor al fresco, del sol a la nieve en aproximadamente 8 horas. Así que fuimos al bar, nos tomamos unas pintas y echamos un ping pong. ¡Si, joder!
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